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domingo, 26 de mayo de 2013

Domingo de top manta



Acabo de subir a casa de dar una vuelta por el paseo marítimo. No pretendo regodearme en lo bueno que tiene vivir a pie de playa, sino contaros algo que me ha pasado.
Justo en la calle donde vivo, que tiene ya la desembocadura en el paseo y en la playa, acostumbran a ponerse los vendedores del “top manta”. Es un sitio estratégico, ya que se acumula el mayor flujo de gente que accede a la deseada arena. 


Hoy había dos personas, con una mesa de quita y pon repartiendo octavillas en contra de la piratería. Se habían colocado a escasos metros de donde están situados los vendedores “piratas”. No se muy bien si es un acto de provocación, accesibilidad o concienciación.
Creo que representaban al colectivo de comerciantes de la zona, pero no estoy seguro a ciencia cierta.
Caben dos posibilidades:
Que bien hayan elegido el domingo por la cuestión evidente de alcanzar mayor difusión y hayan aprovechado su día libre, o bien que tenga su negocio abierto pero que lo lleven trabajadores contratados.
Ambos casos son lícitos, sin duda.

Lo que me llama la atención es que inviertan su día libre en concienciar a la gente de algo que tenemos instaurado socialmente como el intento a la desesperada de consumir productos que no están a nuestro alcance.
Esas marcas que tanto pierden al ser plagiadas, son las mismas que invierten cantidades ingentes de dinero en publicidad para tratar de hacernos pensar que queremos y necesitamos sus productos. Tras haber conseguido ese objetivo, se quejan de que anhelemos sus productos, pero no dicen nada de que no podamos pagarlos… Curioso.
Por otro lado, si sus negocios siguen abiertos y tienen a trabajadores produciendo mientras ellos invierten su tiempo en señalar con el dedo a manteros y usuarios, espero que sus trabajadores tengan las condiciones legales y en regla al trabajar un domingo. Y no entro en resquicios y excepciones.

El acceso al top manta es la evidencia de un problema que tiene sus bases en los salarios que tenemos y la necesidad de consumo que han creado a nuestro alrededor. Si consumimos productos no originales es porque el poder adquisitivo nos niega el acceso a esos productos.
La raíz del problema estriba en nuestros sueldos y nuestra capacidad para gastar, no en la motivación.

A lo mejor, llegados a este punto, habría que atajar el problema desde otro punto de vista, como por ejemplo bajar precios hasta nuestro verdadero límite y reducir, por tanto, los beneficios de aquellos que hasta ahora se lo estaban llevando por la cara.
Que tal vez ha llegado ese punto en el que habría que mirar salarios y ganancias de las grandes (y no tan grandes) empresas y equiparar el salario mínimo para que todo esto funcione. 
Que tal vez ha llegado el momento de empezar a hacer sostenible un sistema consumista haciendo que todos podamos consumir.
Hasta ahora hemos consumido por encima de nuestras posibilidades, pero si queremos hacer sostenible todo este tinglado, habría que hacer accesible a todos los ciudadanos el derecho a poseer y gastar. Porque si no, esto no se sostiene.

Es muy fácil criticar al que se compra una película en el top manta y no criticar el precio de las películas o discos en las tiendas. Es muy sencillo criticar al que se compra una película de lamentable calidad y no criticar el precio de las entradas de cine.
Es tristemente sorprendente condenar a los usuarios por querer tener camisetas de G-Star Raw o Jack & Jones y querer ir todos a la moda, pero que nadie ponga veto al precio de sus productos en las tiendas oficiales.



Que hay diferentes formas de enfocar el problema, está claro. Lo malo viene cuando el que te dice que consumas productos de los de verdad tiene los bolsillos llenos de dinero y quiere vaciar los tuyos.

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Muchas gracias. Viene de antiguo, como se puede comprobar en los diferentes enlaces.
      Me llama la atención que los malos de la película sean los que venden y compran, y que se haga oídos sordos al motivo por el que se hace uso de este recurso.

      Yo quiero comprar películas, pero ¿y si no puedo permitírmelo? Dejo de consumir... y eso nos lleva a una espiral destructiva.

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