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viernes, 24 de mayo de 2013

Dinero en Bergen



Mi experiencia ha sido muy breve, pero las apariencias suelen encajar con la realidad. Tal vez no sean demasiado objetivas, pero uno ha de fiarse de lo que ve. Tal vez el entorno sea definitivo a la hora de vivir una experiencia y, por tanto, formarse una opinión.
Ésta es la mía.

En Bergen (y en toda Noruega) los precios son extremadamente altos. Esto es algo que sabe cualquiera que pretenda visitar el país nórdico.
La clave está en entender que resulta prohibitivo para un turista cuyo país no esté a la altura en cuanto a poder adquisitivo. Actualmente hay pocos países que se encuentren en una situación parecida a Noruega.
De lo que hay que ser muy consciente es que Bergen no es caro para los habitantes de Bergen, que es lo importante. Con toda probabilidad habrá ciertas diferencias salariales, aunque por lo que he leído, esas diferencias no son tan pronunciadas como en nuestro país.

Allí la gente tiene dinero y lo gasta. Gasta de forma constante y continuada. Lo ves a cada paso: comiendo, tomando café, comprando ropa, productos básicos, caprichos… Su economía se basa en el consumo y para ello han construido un sistema en el que todo el mundo gasta dinero porque tiene dinero.
Incluso me ha dado la sensación de que los noruegos no le dan tanta importancia al dinero como nosotros. Simplemente, tienen dinero y lo gastan en todo aquello que quieren. Y ese sistema se asienta en un pilar básico: cuantos más individuos consuman, más dinero se recauda con impuestos y, por tanto, más dinero revierte al gasto público. Y, además, todo el mundo tiene derecho a consumir.

No sabría decir qué porcentaje pagan en impuestos, pero sí que puedo decir qué cosas son más caras en comparación con España a nivel turístico.

  • Comer o cenar en un restaurante, resulta casi prohibitivo. Siempre dependerá del enfoque gastronómico, por supuesto. Pero lo cierto es que hay que desembolsar una cantidad considerable sólo porque hay que mantener los salarios de los trabajadores, que suelen ser abultados y, además, cubren diferentes turnos con un número de personas que aquí se cubren con estrés y prisas.

  • El transporte es caro. No sabría comparar, aunque si hay diferentes ofertas y packs para turistas, seguro que para los ciudadanos debe haber distintas opciones. El autobús que acerca a la ciudad desde el aeropuerto costó 60€ para dos personas ida y vuelta. Un dineral, sin duda.

  • La ropa está al mismo nivel económico o incluso más barato que en España. Sí que hay marcas o firmas que se pagan, pero la ropa sencilla tiene precios similares o inferiores a nuestras principales cadenas. Es evidente que, con sus salarios, pueden renovar su vestuario de forma constante. Cuesta más dos cervezas que unos pantalones.

  • En música, puedo decir que los precios son prácticamente iguales, aunque un poco por encima. Si un disco que acaba de salir al mercado, aquí te sale por un precio aproximado de 18€, allí sale por unas 140Krn, más o menos. Esto son 20€ al cambio. Las ofertas rondaban los 59Krn, creo recordar. Esto sería alrededor de 8€.
    El caso es que, ir a comprar música, no merece la pena, excepto si tienes la intención de comprar algo muy concreto.


    Las películas, tienen precios similares a los discos.
  • Me interesé por el precio de los tatuajes, ya que me resulta mucho más bonito llevarme un recuerdo en la piel a gastarme ingentes cantidades de dinero en algo que en realidad carece de interés. De modo que pregunté en un estudio una idea muy sencilla. 1000Krn la hora de trabajo. Lo que viene a ser 140€, más o menos. Un precio alto. Al final no accedí, porque no supe calcular el tiempo que tardaría en realizar mi idea y el precio resultaba alto para mi poder adquisitivo.


Me ha llamado la atención su forma de consumir, que también guarda relación con su carácter y necesidades basadas en su forma de vida…

2 comentarios:

  1. A mi quíteme todos los caprichos, pero si comer resulta caro... ya me pueden esperar sentados.

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    Respuestas
    1. El tema gastronómico tendrá una entrada. Lo cierto es que las grandes diferencias están ahí.

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