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martes, 13 de noviembre de 2012

Raíces e identidad.



Si hace relativamente poco divagaba sobre la idea de que nuestro futuro está muy ligado al de EE. UU. en el ámbito político, económico y social, voy a continuar por esa senda, aunque tratando de aportar puntos de vista nuevos o matizando los anteriormente expuestos.
Veo esta tónica imperante en el aspecto político porque ya no es un secreto a voces que el sistema es totalmente bipartidista, al igual que en Norteamérica, donde recientemente han sido las elecciones a la presidencia. Albergo ciertas esperanzas hacia un cambio en este sentido en nuestro país porque algo como esto, que me ha resultado tan evidente desde hace tiempo, se empieza a oír con fuerza en las calles, notándose un tono crítico al sacar el tema. Cabe la posibilidad de que entre todos derroquemos este bipartidismo a base de aportar ideas de renovación y de hacer ver a la ciudadanía que cambiar de cadenas cada cuatro años no nos hace en absoluto libres. Pero es que, además, cada día se impone más la defensa de las ideas mediante el ataque hacia las personas. Sacar trapos sucios de la vida privada de ciertos candidatos empieza a ser una práctica tolerada y usada. Me parece deplorable. No ya el hecho de trazar una línea estratégica basada en la descalificación personal, sino que no sea punible y castigado. La mejor defensa no es un buen ataque: la mejor defensa es la exposición de tus propias ideas. La ausencia de ideas es lo que hace que se tenga que buscar una estrategia alternativa.
Algo que siempre me llamó la atención de "los states" es la propaganda anticomunista que se ha hecho. La guerra fría nos dejó el final a una campaña de desgaste mediático que a día de hoy se ha convertido en el ejemplo de que con paciencia se pueden conseguir muchas cosas. Que cada uno puede tener sus propias ideas es algo que siempre he defendido y creo que es enriquecedor. Otra cosa es que la ciudadanía española se parezca cada día más a la estadounidense en esta materia. No entiendo muy bien cómo la gente no ve en el comunismo más que otra opción política, que se puede defender o no. Lo que veo en esta estrategia, al igual que ha sucedido en Norteamérica es ir desgastando el ideal socialista, mezclando ideas y confundiendo a la gente con fines de oscuras intenciones. En otros casos, directamente, se ha distorsionado la verdad o mentido, directamente, con la intención de engañar al ciudadano. Hay una escena de una película que siempre me pareció la sintaxis de este debate y de cómo se ha desgastado el pensamiento social hacia esta ideología política (que no comparto, pero en la que me fijo). El socialismo tiene similitudes al comunismo, pero sólo comparten ciertos nexos. Lo mío, es mío y lo tuyo, tuyo es. El Estado debe encargarse del bienestar social y de que las necesidades básicas queden cubiertas y para ello es necesario un reparto de la riqueza, algo perseguido con ahínco por el ideal capitalista, máximo difusor de la campaña antisocialista. De nada nos ha servido la privatización de abastecedores de nuestros productos de primera necesidad, como son la compañía de luz, agua o gas. De nada nos ha servido la privatización de Renfe o Telefónica. Pero bien que se nos prometió una liberalización del sector y precios más competitivos. Me reitero: si no hay ánimo de lucro, no hay abusos.
En cuanto a lo social, idiosincrásicamente hablando, basta con mirar a nuestro alrededor y observar cómo cada día nuestra identidad es más similar a la estadounidense, adoptando fiestas tradicionales, forma de expresarse, estilo de vida y, lo que más debería preocuparnos, gastronómicamente. Adoptar ciertos criterios debido al consumo de productos como es el cine, es aceptable, pero que se imponga una base alimenticia y culinariamente tan pobre, es una atrocidad.
Que en un futuro lejano, la Humanidad acabe hablando un mismo idioma es algo que veo muy plausible. Creo que es una evolución lógica, que desde un punto de vista actual puede inspirar absoluto rechazo, pero que dentro de cientos de años, a ninguno nos va a importar. No lo veo como una pérdida de identidad, sino más bien como una masificación de la cultura humana y de acercamiento. Otra cosa es adoptar aspectos negativos de otras culturas o países. Eso es irracional.
En el aspecto cultural, enfocándolo hacia el tema central de esta exposición, que es EE. UU., creo que el acceso a la educación es cada día más exquisito. Y me refiero al elitismo, no a la calidad de lo que es correcto. Al igual que la política, a la que se dedican los ociosos adinerados (véase Castilla la Mancha y esa decisión populista de dejar la política para los adinerados que se aburren), la educación va a ser de acceso limitado a los estratos sociales más holgados.
Hasta ahora se pedían créditos para el piso, el coche y las grandes compras. En breve veremos universitarios que buscan su primer empleo para pagar el crédito que les permitió licenciarse. Repugnante, bajo mi criterio. Esa deuda debe contraerse con el Estado y debe contraerse desde un punto de vista no lucrativo. Pero es que, desde el punto de vista social, no debe existir deuda alguna, ya que no se puede lastrar la educación de un estudiante con la condición económica.
¿Y la sanidad?
¿Vamos a permitir que nuestro futuro académico y nuestra salud dependa de corporaciones con ánimo de lucro? ¿De los mismos que basan la economía mundial en que gastemos dinero que no tenemos?
A ver... yo nunca fui el más listo, ni tengo conocimientos en materia de economía, pero no veo necesario tener estudios superiores en arquitectura para ser consciente de la fragilidad de una construcción sin cimientos. Es insostenible una sociedad que basa su economía en un pilar básico que es gastar lo que no se tiene a base de conceder créditos imposibles de pagar. Es cuestión de tiempo que el edificio se caiga.
Que una grieta en el pilar central suponga el sustento de la codicia de algunos es irracional, pero que la solución impuesta por esos codiciosos sea un poco de Aquaplast para tapar el agujero, me parece un crimen.

Fijémonos en cómo se ha desarrollado la Historia en Estados Unidos, porque vamos copiando paso a paso su criterio, pero con años de atraso.

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