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viernes, 25 de octubre de 2013

Doctrina Parot

Menuda se ha liado.
Tamaño es el tirón de orejas, que hora no sabemos si queremos ser europeos. No es que la decisión de Estrasburgo nos haga plantearnos un posible fallo por nuestra parte, sino que automáticamente nos creemos que es la "seño". Que nos tiene manía. 
Tal vez, llegados a este punto, deberíamos hacer autocrítica y plantearnos si no hemos estado a la altura en materia de terrorismo.
Y de Justicia, sobretodo.

Para intentar ser objetivo siempre hay que ponerse en el punto de vista del condenado. Al fin y al cabo, como víctima, uno siempre quiere venganza. 
Si, como acusado, se te obliga a pagar una multa por exceso de velocidad y una vez pagada se te comunica el deber de pagar un plus, cualquiera protestaría.
Y no hablo de si la velocidad era de 50 km/h en una zona de 30 km/h o si, aún más grave, el coche circulaba a 280 km/h en una autovía. No hablo del delito en sí, sino de la condena y su administración.

Que las leyes tengan lagunas y se puedan mejorar con el estudio y el tiempo es algo absolutamente normal. Los tiempos cambian, la sociedad cambia. Y la justicia tiene que cambiar al mismo tiempo para que un país esté en armonía.

Los parches no son soluciones. España es un país de parches. Nada se hace con trabajo y vistas al futuro. Aquí la efectividad se encuentra en la rápida ejecución de algo. No importa que lo que haces tenga sentido. Lo más importante es que no te vean parado. Que te vean en movimiento y activo. ¿Pensar? No es necesario. Tú, haz que trabajas. Y lo de pensar, ya lo hará el político de turno. 
Cada cuatro años, movimiento nuevo. Sin control, pero en todas direcciones. 
La premisa es: "Si te ven parado, harán preguntas. Si no paras, no tendrás que responder preguntas. Y, las preguntas, hacen temblar cargos".

Y lo peor no es que no sepamos exigir justicia... lo peor es que el pueblo español quiere venganza. Y no como víctimas, sino como pueblo.
No me cabe en la cabeza que una asociación de víctimas del terrorismo esté peleada con medio país. Y, por las cosas que afirman, no me voy a postular de su parte. 
Si quieren venganza, mánchense las manos, pero no pidan al Estado que hagan el trabajo sucio. 

España es Europa. 
Algo habremos hecho mal si dicen que estamos violando los Derechos Humanos.

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