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viernes, 8 de febrero de 2013

Confianza

La confianza... Lo que queremos para uno mismo pero que rara vez respetamos en los demás.

Hace ya bastante tiempo me dieron un consejo estando yo en el instituto. No fue un profesor, sino el celador, desde el refugio de su garita, con cierto aire de colegueo, que dijo algo que se me quedó grabado. Lo recuerdo perfectamente...

"Procura que la gente no se de cuenta de lo que te molesta porque lo utilizarán para hacerte daño. Sobretodo aquí (en el instituto) y en el trabajo"

Pensé que a lo largo de su vida habría tenido bastantes experiencias desagradables, pero dado el contexto, en el que estábamos hablando de la maldad de la gente, le dí la razón, pensando que estaba en lo cierto, aunque confiando en la bondad de la gente y continué mi vida.

A día de hoy suelo acordarme bastante a menudo del celador de mi instituto porque a cada paso que doy me encuentro gente haciendo daño a quien le rodea, trepando, pisando, maltratando, hiriendo... eso sí, somos españoles: y eso significa que, mientras te apuñalan, verás una sonrisa esbozada en el rostro de quien te traiciona.
Y además, y muy probablemente, mientras te da la estocada y te produce aún más desconfianza en cuantos te rodean, articulará alguna frase triunfal, como:
-"Esto va así"
-"No es nada personal"
-"Era una broma"
-"Si sé que te gusta"
-"Pero, de buen rollo, ¿eh?"
O, la mejor de todas:
-"Es lo que hay"

Efectivamente: es lo que hay. Y, si no te gusta, pues no mires.
Levántate por la mañana, ve a trabajar y, además de lidiar con todo aquello que quiere hacerte tropezar, lidia también con quien quiere ponerte la zancadilla.

Que lejos de querer exagerar la situación, lo cierto es que en gran parte de las ocasiones la intención al hacerte la puñeta a veces es simplemente como muestra de confianza y cercanía, pero creo que es enfermizo tomarse confianza traicionando dicha confianza. No le encuentro el sentido ni le veo la lógica.

O seré yo, que le doy demasiadas vueltas al tema.

Lo que está claro es que lo mejor es mostrar tus sentimientos a quien de verdad va a respetalos. Todo lo demás, bien sea por un descuido o por gastar una broma es una erosión en las relaciones interpersonales y, por tanto, un flaco favor a la condición humana.

Si lo que hay que hacer es tomarse las cosas con filosofía y dado que es imposible elegir a cada persona que te rodea, se puede utilizar este dolor como varemo para valorar a la gente:
De más a menos, de menos a más o de personas... dependerá de si uno es optimista, pesimista o realista.

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